jueves, 24 de mayo de 2012

¿DE ACUERDO A QUÉ ACTUAMOS?


Ésta es la pregunta que yo he elegido, la que más atrajo mi atención, quizás sea porque es una pregunta que en ocasiones interiormente nos hemos preguntado o por lo menos alguna cuestión similar, pero que aunque nos la hayamos preguntado alguna vez nunca creo que hayamos respondido puesto que se trata de una pregunta para la que en un principio todo el mundo tiene una respuesta pero que a la vez es difícil de responder.

Mi respuesta  frente a la pregunta, y por tanto, mi tesis es que actualmente vivimos en una sociedad, aquí y en cualquier lugar, en la que actuamos de acuerdo a las normas que nos imponen, aunque también en pocas ocasiones actuamos de acuerdo a otros factores como pueden ser los sentimientos.

En primer lugar, la primera respuesta que se me ocurre para contestar a la pregunta, es que nos guiamos por normas y pienso así porque vivimos en un mundo en el que actuamos de acuerdo a lo que la sociedad quiere ver o a lo que la sociedad cree conveniente, es decir, porque hoy en día vivimos en una sociedad llena de normas y leyes, y principalmente porque como dice la canción; nos imponen unas normas y jamás oponemos resistencia a ellas.
Además creo que actuamos conforme a las normas porque de ante mano esas normas ya están impuestas y por lo tanto se deben de cumplir, pero no solo eso si no que yo creo que también en muchas ocasiones actuamos de acuerdo a las normas y las cumplimos y respetamos porque tememos las consecuencias que incumplirlas pueda traernos.
Por otro lado, justifico que actuamos siguiendo las normas de la sociedad en que vivimos porque hacemos lo que lo los demás hacen, porque por naturaleza el ser humano se deja influenciar por los demás, porque simplemente creo que no tenemos personalidad y nos limitamos a hacer lo que el resto hace, sin tener en cuenta que quizás a nosotros no nos guste la forma de actuar de los demás.

En segundo lugar, como  he argumentado en mi tesis creo que hay ocasiones en las que no solo nos guiamos por normas, sino que, además nos dejamos llevar por otros factores como nuestros propios sentimientos. Digo esto porque yo pienso que también aunque no nos demos cuenta nos guiamos por sentimientos puesto que creo que interiormente también nos dejamos guiar por nuestros sentimientos ya que sentimos lo que queremos, lo que nuestros sentimientos sienten, y eso creo que es algo inevitable.
Por otro lado pienso que exteriormente nos dejamos llevar por las normas impuestas en nuestra sociedad, que nos dejamos influenciar por las normas del mundo en el que vivimos y normalmente tomamos decisiones totalmente influidas por las normas, y quizás no las adecuadas, en lugar de decidir lo que realmente sentimos o queremos.
Por ejemplo, cuando un padre regaña a un hijo por llegar tarde a casa, exteriormente actúa de acuerdo a las normas impuestas en casa pero a la vez interiormente también actúa conforme al sentimiento paterno intentando educar y enseñar a su hijo.

Asimismo, creo que aunque mayormente debemos actuar de acuerdo a nuestros sentimientos, existen circunstancias en las que también debemos ceñirnos a las normas y que debemos ajustarnos a ellas como guía a la hora de actuar.
Pero llegados a este punto, ¿qué hace que yo sea yo? ¿Las normas por las que actúo exteriormente o los sentimientos por los que me dejo guiar interiormente?

En conclusión, mi respuesta ante ¿de acuerdo a qué actuamos? Es principalmente dejándonos llevar por las normas que hay impuestas en el lugar en el que vivimos sin oponernos a ellas, pero además también pienso que en ciertas ocasiones sí que en mayor o en menor medida también interiormente actuamos siguiendo nuestros sentimientos y exteriormente cumpliendo las normas existentes. Y desde mi punto de vista creo que debemos actuar de acuerdo a nuestros sentimientos pero a la vez teniendo en cuenta las normas y respetarlas como guía.

Ésta es una pregunta derivada de una que hizo Javi: ¿Nos guiamos por normas o por sentimientos?

lunes, 21 de mayo de 2012

¿GUARDA RELACIÓN EL PENSAMIENTO CON LAS EMOCIONES?



Hoy voy a hablar sobre si puede existir una relación entre el pensamiento y las emociones, que es una pregunta que tenía en la parte de mi blog dedicada a preguntas.
Con la pregunta hago referencia a que si nuestros pensamientos por un lado y nuestras propias emociones por otro, y no me refiero a la alegría que puede ocasionar algo que deseábamos, están relacionadas de alguna forma, es decir, que si el pensamiento influye sobre nuestras emociones o si son éstas las que afectan al pensamiento.
La tesis que a continuación voy a defender, es que el pensamiento y las emociones sí que guardan una estrecha relación por varias razones.

En primer lugar, yo creo y creo que la mayoría también pensarán igual, que el pensamiento y las emociones están relacionados porque según como nos encontremos psicológicamente y cuáles sean nuestros sentimientos y nuestras sensaciones en un momento concreto, nuestro pensamiento será muy parecido a nuestras emociones o estado de ánimo, es decir, que creo que más que guardar una relación, nuestras emociones complementan a los pensamientos porque ambos van dados de la mano.
Un ejemplo que nos ocurre a todos y casi a diario, es el caso de que cuando estamos tristes o nuestro estado de ánimo no es el adecuado, siempre pensamos en negativo, desde un punto de vista pesimista, al igual que cuando estamos felices y no podemos pedir nada más tan solo se nos vienes recuerdos y pensamientos positivos.
Además, creo que el pensamiento y las emociones están vinculados porque desde mi punto de vista, el pensamiento está constituido por emociones, es decir, que sin emociones no existiría pensamiento alguno porque la base esencial del pensamiento son las propias emociones puesto que si no sentimos ni experimentamos ningún sentimiento o sensación no podemos pensar en nada, nuestro pensamiento estaría vacío, sería nulo.

En segundo lugar, como he dicho antes, creo que nuestras emociones complementan a los propios pensamientos, pero no me limito a eso, también creo que esto ocurre de manera recíproca, es decir, que nuestros pensamientos influyen a su vez en un determinado momento sobre las emociones.
Así, por ejemplo, cuando tenemos pensamientos negativos y  adversos éstos hacen también que nuestras emociones sean pesimistas y melancólicas.

En contraposición de mi tesis, se podrá decir que el pensamiento y las emociones sí que guardan una relación, porque es obvio, pero alguien podrá pensar de forma distinta que yo y creer que las emociones no complementan al pensamiento, pero es este caso, ¿cuál es la base de nuestros pensamientos? ¿Qué hay en el pensamiento?
En conclusión, creo que el pensamiento y las emociones están íntimamente vinculados por diversas razones a la vez relacionadas.
Desde mi punto de vista el pensamiento guarda relación con las emociones porque creo que más que guardar una relación, las emociones complementan esencialmente al pensamiento y no solo eso si no que en ocasiones el pensamiento también afecta a nuestras propias emociones. Además, por último, también creo que no podría existir el pensamiento si de ante mano no hubiéramos sentido emociones que luego ocupen el pensamiento, es decir, que las emociones son la base fundamental del pensamiento.