Hoy voy a hablar sobre si puede existir una relación entre
el pensamiento y las emociones, que es una pregunta que tenía en la parte de mi
blog dedicada a preguntas.
Con la pregunta hago referencia a que si nuestros
pensamientos por un lado y nuestras propias emociones por otro, y no me refiero
a la alegría que puede ocasionar algo que deseábamos, están relacionadas de
alguna forma, es decir, que si el pensamiento influye sobre nuestras emociones
o si son éstas las que afectan al pensamiento.
La tesis que a continuación voy a defender, es que el
pensamiento y las emociones sí que guardan una estrecha relación por varias
razones.
En primer lugar, yo creo y creo que la mayoría también
pensarán igual, que el pensamiento y las emociones están relacionados porque
según como nos encontremos psicológicamente y cuáles sean nuestros sentimientos
y nuestras sensaciones en un momento concreto, nuestro pensamiento será muy
parecido a nuestras emociones o estado de ánimo, es decir, que creo que más que
guardar una relación, nuestras emociones complementan a los pensamientos porque
ambos van dados de la mano.
Un ejemplo que nos ocurre a todos y casi a diario, es el
caso de que cuando estamos tristes o nuestro estado de ánimo no es el adecuado,
siempre pensamos en negativo, desde un punto de vista pesimista, al igual que
cuando estamos felices y no podemos pedir nada más tan solo se nos vienes
recuerdos y pensamientos positivos.
Además, creo que el pensamiento y las emociones están
vinculados porque desde mi punto de vista, el pensamiento está constituido por emociones,
es decir, que sin emociones no existiría pensamiento alguno porque la base
esencial del pensamiento son las propias emociones puesto que si no sentimos ni
experimentamos ningún sentimiento o sensación no podemos pensar en nada,
nuestro pensamiento estaría vacío, sería nulo.
En segundo lugar, como he dicho antes, creo que nuestras
emociones complementan a los propios pensamientos, pero no me limito a eso,
también creo que esto ocurre de manera recíproca, es decir, que nuestros
pensamientos influyen a su vez en un determinado momento sobre las emociones.
Así, por ejemplo, cuando tenemos pensamientos negativos
y adversos éstos hacen también que
nuestras emociones sean pesimistas y melancólicas.
En contraposición de mi tesis, se podrá decir que el
pensamiento y las emociones sí que guardan una relación, porque es obvio, pero
alguien podrá pensar de forma distinta que yo y creer que las emociones no
complementan al pensamiento, pero es este caso, ¿cuál es la base de nuestros
pensamientos? ¿Qué hay en el pensamiento?
En conclusión, creo que el pensamiento y las emociones están
íntimamente vinculados por diversas razones a la vez relacionadas.
Desde mi punto de vista el pensamiento guarda relación con
las emociones porque creo que más que guardar una relación, las emociones
complementan esencialmente al pensamiento y no solo eso si no que en ocasiones
el pensamiento también afecta a nuestras propias emociones. Además, por último,
también creo que no podría existir el pensamiento si de ante mano no hubiéramos
sentido emociones que luego ocupen el pensamiento, es decir, que las emociones
son la base fundamental del pensamiento.
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